Tus fotografías viejas, de color carcomido y de bordes
despintados, las que te retratan (estatua de alabastro, piel de leche), son un
lugar secreto. Rotura de tiempo de donde escurre la ambrosía, goteo lento y
substancioso, generador de ondas en un suelo vibrante vuelto espiral
interminable que respira. Desde el fondo te observo. Te espero con la espalda
apoyada en una oscuridad sólida, al final de ese túnel brillas tú, y sonríes
con esos labios de fruta negra. Hipnotizas con movimientos de estelas suaves,
haces ventiscas de anhelos con las pestañas.
Soy el voyeur de imposibles. Te ansío sin querer que vengas
a este tiempo. Hace mucho que dejé de estar.
Modelo: Verónica Peregrina
Fotos y texto: Éric Marváz