El abuso constante de invocarte por las noches me tiene en un sopor perpetuo, en un estado de dormir despierto. Es ese sentido de no tener sentido el que no me deja caer. Evoco tu belleza de piel húmeda y blanca, el olor de barro en tu entrepierna de satín, y tus ojos fulgurando en la penumbra del baño.
En imaginarte se van las horas vivas.
Marváz
2 comentarios:
Es una melancolía atascada en la garganta, duele como nada más, la he padecido en el alma.
¿Sabe ella que la sientes así?
Mis respetos.
que bonito encontrar este blog
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