Observo tu pie por debajo de la mesa,
apenas, de forma casual, subliminal, etérea;
miro la suela de andar por las veredas.
¿Cuántos caminos, kilómetros, historias?
sigo preguntando mientras desfallezco en la visión.
Te veo dar algunos pasos cortos.
Percibo la piel,
habría que inquirir, como en los viejos tiempos,
los inmemoriales, los fallidos, los de no acertar,
quedo inmerso en los días de junio,
invencibles bestias acuosas,
gritos dispares en el pasillo sin fin del desaliento.
Eres la fotografía de tu pie,
en blanco y negro, película antigua, separada,
muda.
A menudo navego en los recuerdos:
era de noche, yo no sé de ti, te vas…
ahora las memorias me pertenecen.
agosto 17, 2008
Pês
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